Moda eco-sostenible: ¿Realidad o estrategia marketing?

Puede que te sorprenda, pero la moda sostenible está de moda. Sin embargo, no todas las empresas que nos venden la idea de un producto sostenible cumplen con las condiciones para que podamos considerarlo como tal.

Como consumidores, cada vez somos más conscientes de la necesidad de proteger el medio ambiente. Durante las últimas décadas ha nacido un movimiento global que reclama productos eco-sostenibles. Esto ha generado una gran presión en sectores como el de la industria textil, poniendo en jaque a grandes grupos textiles a quienes solo les preocupa su voracidad por los beneficios y la necesidad de vender cada día más y más.

Así nace el concepto de greenwashing (o lavado verde, en castellano). Consiste en emplear de estrategias de marketing que, de forma engañosa, tratan de persuadirnos de que son respetuosos con el medioambiente, cuando en realidad invierten más dinero en su publicidad que en las prácticas ecológicas, éticas y sostenibles. En otras palabras, utilizan tu preocupación por cuidar del planeta para limpiar su imagen y aumentar las ventas. Para ello, entre otras cosas, emplean un lenguaje ambiguo, imágenes relacionadas con la naturaleza y colores como el verde o el azul que nos remiten a la ecología.

Si tu preocupación por preservar los recursos naturales es auténtica, es importante saber diferenciar entre una marca de moda sostenible y una marca que en realidad no apuesta por los valores que te preocupan, sino por una estrategia de marketing. Así llegamos a la gran pregunta… ¿Cómo saber si una marca fabrica ropa sostenible?

1.- Producción

¿Qué impacto social y medioambiental tiene producir en un país u otro?

Si nos fijamos en las etiquetas de las prendas de ropa que venden los grandes grupos textiles como Inditex, H&M o Primark, veremos que las piezas suelen estar fabricadas en China, la India, Vietnam u otros países asiáticos. También sucede lo mismo con marcas más exclusivas como Armani o Hugo Boss. ¿Qué supone esto a nivel de sostenibilidad?

Por un lado está el factor humano. La deslocalización de la producción a gran escala puede generar situaciones muy delicadas a nivel social, como la creación de mano de obra esclava. Las condiciones en las que trabajan las empleadas de la industria de la moda en el sudeste asiático, en la mayoría de los casos, son muy duras. Las leyes laborales de estos países no garantizan unas condiciones de trabajo dignas y prefieren doblegarse a las demandas de las grandes empresas internacionales para favorecer sus intereses económicos. Es cierto que hay compañías que producen en estos países de forma ética y transparente, pero en la mayoría de casos no es así.  También se trata de lugares en las que las leyes sobre el medio ambiente suelen ser mucho más laxas, con la huella ecológica que ello supone a nivel de contaminación.

¿Nuestra recomendación? ¡Fíjate siempre bien en las etiquetas o en la procedencia de cada prenda que vayas a comprar! ¿Detallan dónde se realizan sus procesos de producción?

2.- Materias primas

¿Has comprobado con qué materiales está fabricada tu prenda favorita?

Las prendas de ropa sostenible se fabrican empleando tejidos naturales como el algodón orgánico, la fibra de cáñamo o la lana no mulada. Además de ser buenos para el medio ambiente, son buenos para tu piel. También los materiales como el poliéster reciclado, que permiten dar una nueva vida a las toneladas de plástico que se desechan cada año, son usados en la moda eco-sostenible. En España, una de las marcas pioneras en usar materiales reciclados en España fue Ecoalf.

Otro aspecto clave en la fabricación de la ropa son los tintes. El proceso de teñido es uno de los más contaminantes de la producción textil, ya que consume grandes cantidades de agua y en su mayor parte, emplea elementos químicos que resultan tóxicos, tanto para la salud como para el medio ambiente. Los procesos industriales de teñido no sostenibles consumen alrededor de 150 litros de agua para procesar 1 kg de tela. Además sus aguas residuales son altamente contaminantes. 

Para que una marca de ropa se pueda considerar sostenible, es necesario que emplee pigmentos poco agresivos y biodegradables. Pero no se trata solo de qué tintes usa, sino también de los procesos que utiliza para dar color a sus prendas. Teñir la bobina de tela en bruto produce un impacto ecológico mucho menor porque consume menos agua, mientras que teñir las prendas una a una, aunque resulta más barato a nivel de producción, tiene un coste muy elevado para el planeta.

3.- Transporte

Reducir distancias es fundamental para disminuir emisiones de CO2

¿De qué sirve fabricar una camiseta con materias orgánicas, usando procesos respetuosos con el medio ambiente, si luego tiene que recorrer miles de kilómetros hasta llegar a su comprador? Pues en términos de sostenibilidad, de bien poco, ya que la huella de CO2 que provoca la importación de ropa fabricada en la India, Pakistán o cualquier otro país lejano es muy elevada para el medio ambiente.

Por este motivo es importante confiar en las marcas que apuestan por la fabricación local, a pequeña escala y cercana al diseñador, como Xiro Eco. Por supuesto, nosotros en Filantrop también creemos en la proximidad y fabricamos nuestras prendas en España y Portugal. 

4.- Embalaje

¿Sirven realmente para algo todos esos plásticos, etiquetas, perchas y cartones?

Seguro que más de una vez has comprado algún producto que iba con embolsado individual, dentro de una caja de cartón, con la caja envuelta en papel de celofán… Y así, hasta completar varias capas de embalajes, como si tratara de una matrioshka de materiales desechables.

Una marca de moda eco-sostenible hace exactamente lo contrario. Emplea el embalaje mínimo necesario y procura que esté elaborado con materiales reciclados o reutilizables. Todos esos cartones y plásticos que acabarán en la basura en cuanto hayas desenvuelto la prenda son prescindibles y no aportan valor al producto. Si queremos contribuir a dejar un mundo mejor a las futuras generaciones, debemos apostar por el minimalismo. Especialmente en lo que se refiere al packaging. 

5.- Estilo y calidad

El ritmo desenfrenado de consumo textil tiene un gran coste para el medio ambiente

Decía Oscar Wilde que «la moda es una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses». Aunque en Filantrop amamos la moda, pensamos que esta frase encaja perfectamente con el concepto de fast fashion o moda rápida de usar y tirar, a la que nosotros nos oponemos.

El consumismo irracional e insostenible viene promovido por las grandes cadenas de moda rápida que sacan dos o más colecciones cada año. Quieren que sus prendas dejen de ser tendencia rápidamente para poder aumentar las ventas. Sus prendas también suelen pasar rápidamente de la pasarela a la basura, porque están producidas con tejidos sintéticos baratos destinados a durar poco tiempo. Según un informe realizado por la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil en 2017, en España, cada persona compra una media de 34 prendas y tira entre 12 y 14 kilos de ropa al año.

Si realmente nos preocupa el medio ambiente, debemos dejar de pensar en la ropa como en un producto desechable e invertir en marcas de moda sostenible que ofrezcan prendas de calidad duradera. Los diseños básicos y atemporales no pasan de moda. 

En Filantrop usamos materiales ecológicos y fabricamos nuestras prendas de una forma socialmente justa.   Contamos con sellos eco-sostenibles como el certificado GOTS (Global Organic Textile Standard) que certifican que nuestras prendas se elaboran empleando tintes naturales, materiales reciclados y algodón orgánico.

Queremos que nuestra ropa te siente tan bien a ti como a tus principios.